Ponemos a disposición aquí los resultados bioquímicos de los análisis realizados a los cinco marplatenses que ofrecieron su sangre para revisar qué sustancias extrañas y tóxicas había allí, y a tres miembros de BIOS.
Estos resultados nos permiten aseverar con el rigor del dato clínico, que:
– Estamos demostrando que los agrotóxicos no “desaparecen” luego de aplicados. Algunos degradan en metabolitos que persisten y terminan en el cuerpo humano. Por ejemplo, el DDT no se usa hace años, y sin embargo tenemos DDD en nuestra sangre. Miles de litros de veneno si se evaporan están pasando de la tierra al aire, pero no desaparecen. Podemos afirmar hoy, que hay agrotóxicos en la sangre de los marplatenses.
– Estas sustancias que comprobamos que están en el cuerpo, deprimen el sistema inmunitario. Hacen a la persona más sensible a enfermar de muchas patologías. Un organismo malnutrido tiene más probabilidad de enfermar portando estas sustancias en su organismo, que cualquiera de los que hemos chequeado nuestra sangre, pues tenemos la fortuna de comer todos los días.
– Por añadidura, una persona expuesta a agrotóxicos de modo cotidiano, es más proclive a enfermar que aquéllos que no vivimos en los bordes de las ciudades y son expuestos a las derivas de las aspersiones.
Luego de haber constatado esta situación, decimos:
Peticionamos que el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, los organismos dependientes y vinculados como el SENASA, apliquen la Recomendación 147/2010 del Defensor del Pueblo de la Nación y de la Auditoría General de la Nación y coloquen BANDA ROJA (Clase 1) a todos los agrotóxicos hasta tanto no se realicen los estudios toxicológicos de cada uno de los principios activos y de los formulados que se aplican en la producción agrícola, superando la perversa metodología de clasificación que los fabricantes de los químicos supieron imponer, que no son estudios científicos y que contravienen las recomendaciones expresas y taxativas de la Organización Mundial de la Salud..
Solicitamos que asi como se exige una Evaluación de Impacto Ambiental a cualquier actividad productiva, se exija igualmente a la producción agrícola, máxime que usa, transporta y manipula sustancias peligrosas a la vez que contamina con sus efluentes líquidos, sólidos y gaseosos el aire, el suelo el agua y los alimentos que llegan a nuestra mesa. Es una omisión muy seria y peligrosa la que se ha hecho con esta rama de la producción, dejándola exenta de toda evaluación sanitaria.
Exigimos se separen las aplicaciones (de cualquier banda) de agrotóxicos nuevamente a al menos mil metros de las zonas habitadas, hasta tanto se revise su clasificación, esto y lo anterior, por el Principio precautorio, que establece claramente que si hay una actividad de posible impacto a la salud o al ambiente debe suspenderse hasta que se demuestre su inocuidad.
Estas prácticas agrícolas no son inocuas: nuestra sangre lo acaba de demostrar a través de la ciencia. Nadie puede explicarnos cómo sus químicos peligrosos están hoy en nuestros cuerpos, si supuestamente los usan y aplican sobre los vegetales.
¿Derivan con el viento sobre la ciudad? ¿se introducen diariamente en nuestras verduras de consumo? El viejo concepto de que “la dosis hace el veneno” (Paracelso), no funciona en estas sustancias, puesto que son acumulativos y porque las dosis bajas pero reiteradas producen efectos irreversibles. Ante estas certezas y estos riesgos, desde BIOS Argentina solicitamos se aplique el principio precautorio.
RESULTADOS DE LOS ANÁLISIS
Los análisis se hicieron en dos laboratorios: en el Laboratorio Fares Taie de la Ciudad de Mar del Plata, donde se analizaron sustancias como Endosulfán sulfato, Diazinón, DDD, Endrín, etc. y en parte en el Laboratory of Medical Investigations San Cecilio University Hospital, University of Granada, Spain donde se buscaron sustancias de más compleja determinación, como PCBs, B-HCH, etc, como se ve.
EN BIOS, los resultados mostraron en:
– Dra. María Esther Lasta: DDD – Deltametrina – Endrín
– Ing. Edgardo A. Musumeci: Endosulfán sulfato – Endrin Cetona
– Lic. Silvana Buján: DDD – Endrin
En España se procedió a la extracción y purificación química de 5 muestras de suero humano enviadas por la ONG Bios a los laboratorios de la Unidad de Apoyo a la Investigación del Hospital Universitario San Cecilio, con el objetivo de aislar y cuantificar los niveles de una selección de plaguicidas organoclorados y bifenilos policlorados. Los análisis químicos fueron realizados mediante cromatografía de gases con detector de captura de electrones, y las muestras fueron procesadas según la metodología descrita por Turci y cols. (Toxicol Lett. 2010, 15;192(1):66-71).
Aunque se perciban bajas cantidades mensuradas en sangre, estas sustancias tienen un elevado potencial de bioacumulación en otros tejidos. A lo largo de la vida va aumentando la carga corporal, además, las personas de mayor edad tienen niveles mayores no solamente porque hace más años que lo bioacumulan sino además, porque nacieron en momentos en que el uso de estos compuestos era más intenso.
Se pueden COMBINAR Y SINERGIZARSE: aunque de modo individual sean bajas dosis, unidas a otras bajas dosis pueden generar fuertes efectos. Además, se pueden COMBINAR CON EFECTO PARADOJICO: pueden provocar ciertos efectos que son más intensos a bajas dosis que a altas. Además, estas sustancias impactan de modo diferente en los diversos estadíos del desarrollo: su presencia en el período de gestación, o en un niño en crecimiento, o en un adolescente en desarrollo genera efectos dispares. Lo mismo en un anciano o en una persona malnutrida. Los COPs son disruptores endocrinos que alteran el funcionamiento de las hormonas alterando esa fisiología de delicado y vital equilibrio.
EL HEPTACLORO también se usó para control de plagas, y son conocidos sus riesgos sobre la salud humana, debido a su potencial carcinogénico y neurotóxico.
EL HEXACLOROBENCENO (HCB), también usado en el control de plagas, también se ha prohibido su uso por sus conocidos efectos nocivos sobre la salud humana.
EL ALDRIN fue un insecticida extensamente usado entre de década de 1950 hasta los años 70 como insecticida en cosechas, tales como maíz y algodón. Además también se ha empleado para controlar plagas de tarmitas.
LOS PCBs Son una serie de compuestos químicos que se comenzaron a usar a nivel industrial en la década de 1930. Las principales aplicaciones actualmente incluyen su uso como intercambiadores de calor y fluidos dieléctricos en sistemas eléctricos, así como transformadores o estaciones rectificadoras. La principal vía de ingestión de PCBs en población general es la dieta, especialmente los alimentos grasos, como la carne y el pescado. Entre los principales riesgos para la salud humana derivados de la exposición a PCBs se pueden destacar su poder carcinogénico y teratogénico (malformaciones del feto).
CLORDANO Posiblemente carcinógena para los seres humanos. Afecta el sistema nervioso, el digestivo y el hígado en seres humanos y en animales. En pequeñas cantidades ingeridas se observaron dolores de cabeza, irritabilidad, confusión, debilidad, problemas de la vista, vómitos, calambres estomacales, diarrea e ictericia. En seres humanos, ingerir grandes cantidades puede producir convulsiones y causar la muerte.
DIAZINON Afecta al sistema nervioso. Los síntomas leves incluyen dolores de cabeza, mareo, debilidad, sensación de ansiedad, constricción de las pupilas y visión borrosa. Los síntomas más graves incluyen náusea y vómitos, calambres abdominales, pulso lento, diarrea, dificultad para respirar y coma. En animales expuestos a grandes cantidades se ha observado daño al páncreas y efectos sobre el sistema nervioso.
ENDOSULFAN Contaminante Orgánico Persistente, altamente tóxico si se inhala, se traga o se absorbe a través de la piel. Ingerir o respirar niveles elevados de endosulfán puede producir convulsiones y muerte. Afecta directamente el sistema nervioso central, con ataques epilépticos recurrentes. Se absorbe a través de la piel y también pude producir irritación ocular. Los síntomas incluyen hiperactividad, excitación, disnea (dificultad para respirar), apnea (detención de la respiración), salivación, pérdida del conocimiento, diarrea, anemia, náusea, vómito, insomnio, visión borrosa, cianosis, formación de espuma en la boca, temblor, falta de apetito, dolor de cabeza, confusión, falta de coordinación. Las personas que sufren afecciones asmáticas o convulsivas, forman un grupo de alto riesgo. También se encuentran en alto riesgo las personas que llevan una dieta deficiente en proteínas. Efectos adversos en el sistema reproductivo masculino por sus propiedades estrogénicas. Potencial promotor de tumores. Se ha demostrado su carcinogenicidad en ratas.
DDD Es producto de degradación del DDT y está prohibido en todo el mundo. Permanecen en el suelo por cientos de años, pueden evaporarse al aire. Afecta principalmente el sistema nervioso. Excitabilidad, temblores y convulsiones. Sudor excesivo, dolor de cabeza, náusea, vómitos y mareo. Alteraciones en los niveles de ciertas enzimas hepáticas en la sangre y puede afectar adversamente la reproducción. Los estudios en animales han demostrado que la exposición oral al DDT puede producir cáncer del hígado. El DDE (diclorodifenildicloroetileno) es el metabolito principal del DDT y, por tanto, un indicador de exposición pasada a este plaguicida.
DELTAMETRINA Neurotóxico que actúan sobre los ganglios basales del sistema nervioso central, por medio de la prolongación de la permeabilidad al sodio durante la fase de recuperación del potencial de acción de las neuronas, lo que produce descargas repetidas. Algunos de ellos también afectan la permeabilidad de la membrana al cloruro, actuando sobre los receptores tipo A del ácido gamma-aminobutírico. En ambos casos, el cuadro clínico es similar. Afectan al sistema nervioso central y al sistema muscular. Los síntomas más frecuentes son hiperreactibilidad, hipersalivación, vómito, diarrea, temblores, ataxia (descoordinación de movimientos), parestesia (sensación anormal de los sentidos como hormigueo, adormecimiento, etc.). Pérdida del control de micción. En intoxicación grave, fiebre o hipotermia, disnea, temblores, desorientación y calambres.
ENDRIN Puede causar efectos en el sistema nervioso central, dando lugar a convulsiones y muerte. Los efectos pueden aparecer de forma no inmediata. Efectos como lesiones graves al sistema nervioso y la muerte. Dolores de cabeza, mareo, nerviosidad, confusión, náusea, vómitos y convulsiones.
Defectos de nacimiento, especialmente formación anormal de ciertos huesos. Una dosis alta puede producir la muerte en unos pocos minutos.
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